27 diciembre 2005


Me cae mal Dan Brown
Debo de ser uno de los pocos que no ha leído El Código Da Vinci. En su día tuve curiosidad, pero la tormenta mediática originada en torno al tocho en cuestión provocaron en mí la reacción contraria a la esperaba: cuanto más lo nombraban, menos ganas tenía de leerlo. Ahora, dos años después de su aparición, sigue siendo un título que me resulta especialmente antipático.
Pero Dan Brown no me cae mal por haber escrito su libro. Como creador tiene derecho a redactar las mandangas pseodoesotéricas que le dé la gana. Y si se ha forrado con ello, pues oiga, tanto que me alegro por él. Pero no puedo evitar culparle de su éxito, ya que a causa de su amasijo de páginas, ha surgido como si de hongos se tratasen una pléyade de best sellers que siguen su estela. Es decir, novelón redactado casi a modo de guión cinematográfico, en el que un investigador del presente descubre una conspiración apocalíptica cuya clave reside en la obra de un artista o intelectual del pasado.

Me limitaré a citar unos cuantos títulos que pude leer ayer en una librería cualquiera durante mis (infructuosas) compras navideñas: La incógnita Newton, El misterio del priorato de Sión, La sombra del templario, El experimento Nobel, El secreto de los dioses (este va sobre Egipto con pirámides y tal), La conspiración del Grial y, con notable caradura y a modo de cierre del círculo, El último secreto de Da Vinci. Por supuesto, no citaré el nombre de sus caraduras "autores" y sus mercenarios editores.

En serio, ¿no están hartos ni les molesta tanta desfachatez? A lo mejor es que yo soy un raro, pero ya tengo claro que ni siquiera iré a ver la versión cienamtográfica de El código... (cuyo trailer pulula desde hace dos semanas por la red). Vale que sale la adorable Audrey Tatou y el prota es Tom Hanks, que con los años ha demostrado ser uno de los grandes (nunca pensé que llegaría a escribir eso). Pero la dirige el pesado de Ron Howard, uno de los realizadores más planos y complacientes del Hollywood actual. Vamos, que paso del rollo Dan Brown.

Añadido a las 00:19 del 28/12/05
Más títulos para añadir a este listado de jetas: El enigma Vivaldi, El códice maya, La profecía Romanov... Qué pereza....

Reseña: Avalon (2001)

Gracias al DVD he podido descubrir Avalon (Mamouro Oshii, 2001), que es, como mínimo, una de las cintas más exóticas que he visto en los últimos tiempos: una producción de ciencia ficción de imagen real, dirigida por un maestro del cine de animación japonés, rodada en Polonia, con actores polacos (!) y hablada en polaco (!!).
El argumento nos sitúa en un futuro en el que algunas personas huyen de una realidad anodina conectándose a Avalon, un videojuego ilegal de realidad virtual en el que los jugadores adoptan la identidad de guerreros. Se puede abandonar la partida en cualquier momento, ya que existe el peligro de que al ser herido durante la misma, el cuerpo conectado caiga en estado de coma. La protagonista es Ash, una experta jugadora que descubre el modo de acceder a un nivel secreto del juego más realista, pero también más peligroso: una vez iniciado, la única manera de abandonarlo es superarlo o perecer en el intento.

Oshii logró cierta celebridad en el mundo de la ciencia ficción gracias a la cinta de animación Ghost in the Shell (1995), cuya segunda parte , Innocence, se rodó el pasado año y aún no se ha estrenado en España. Avalon comparte muchas ideas con aquella, adscribiéndose a una corriente que podríamos denominar ciberpunk místico o existencialista.
En el campo estético, lo más evidente es que Ash es físicamente muy parecida a la protagonista de la cinta de dibujos animados, la teniente Motoko Kusanagi. En el plano ideológico, la cinta ahonda en el interés de Oshii por replantear la naturaleza humana ante hechos como la realidad virtual o el ciberespacio, los cuales podrían variar nuestra percepción y modo de vida si llegan a desarrollarse como describen estas cintas futuristas.

En Ghost in the shell, la protagonista era una mujer con cuerpo robótico y cerebro orgánico. Esa condición la conduce a preguntarse si ella es una persona, algo menos o, por qué no, una entidad superior. La posibilidad de unir en el ciberespacio su mente con una inteligencia artificial la llevará a arriesgar su vida para intentar dar ese salto evolutivo que conjuga lo humano y lo cibernético en una nueva forma de existencia. El film culminaba con una Motoko ya fundida con la inteligencia artificial y reubicada en un cuerpo de niña (simbolizando así que debe volver a crecer y desarrollarse en su nueva naturaleza).

Avalon es, básicamente, una reedición de esta idea en la que se ha cambiado el ciberespacio por la realidad virtual. De nuevo una mujer fuerte se ve ante la tesitura de continuar en el mundo real o abandonar su cuerpo y abrazar una nueva forma de existencia dentro del juego. En la realidad, Ash es callada y físicamente anodina (para resaltar ese punto, cada vez que finaliza una partida, se pone de manera ostentosa unas enormes gafas de vista). En cambio, dentro de Avalon es una guerrera consumada y admirada . Así, es comprensible que al final dude entre retornar a su vida ordinaria o seguir viviendo como un ser excepcional dentro del juego, aunque ello suponga perder su cuerpo (que quedaría en coma).

La película puede interpretarse en clave filosófica, pues subyace un discurso sobre la naturaleza de las cosas (ontología) y la percepción: ¿qué es lo real: los fenómenos que acontecen o la manera en que los percibimos? Uno de los personajes llegará a espetarle a Ash que "la realidad está sobrevalorada", frase que podría servir como resumen del ideario del film.

Formalmente, destaca una fotografía de colores desvaídos y tonos pardos que a la larga puede resultar cansina, pero que refuerza la sensación de agobio vital que persigue la película. Con la misma intención, Oshii relata pormenorizadamente la vida de Ash recurriendo a la repetición de planos para crear sensación de rutina.

Es también destacable el uso que se hace del perro de la protagonista como metáfora del anclaje del personaje en el mundo real: de manera ceremonial, Ash lo alimenta cuando vuelve de sus partidas. El día que descubre cómo acceder al nivel secreto de Avalon, el perro desaparece: Ash ha iniciado su renuncia a la realidad.

Aunque hay muchas escenas de acción, la película está narrada a un ritmo lento, lo cual puede enervar a espectadores poco pacientes, pero es necesario para poder asimilar los contenidos de la cinta. Aún así, cabe criticar que en ciertos momentos Oshii mantiene el plano más allá de lo razonable por puro esteticismo. El guión obliga a la actriz principal (Malgorzata Foremniak) a ser poco expresiva y algo seca, lo cual no puede señalarse como una mala interpretación, sino como un modo de representar mejor la alienación de Ash. También son destacables los excelentes efectos visuales y una delicada partitura de Kenji Kawai que conjuga la electrónica con los coros.

Avalon no es una película para todos los gustos, y supongo que quienes abominen de la ciencia ficción o no estén acostumbrados al ritmo ceremonioso del cine oriental la odiarán. Pero se trata de una cinta apreciable y de gran interés tanto en su discurso como en su forma, que merce que se le preste más atención de la que ha recibido.

07 diciembre 2005

Diez días sin tele

Así dicho, hasta suena a castigo. Pero desde que pasó por Canarias la tormenta tropical Delta, no he podido ver la televisión, pues la antena de mi edificio quedó peor que la audiencia de un concierto de Arnold Shönberg en prime time. Así que no he podido disfrutar de esa programación taaaan edificante que día a día contribuye a mejorarnos como seres humanos. Y por extensión, no he encontrado materia prima con la que nutrir a la bestia (o sea, este blog).Así que disculpen, queridos lectores (es decir, si es que hay lectores por ahí...)
Aún así, no lamento haberme perdido cosas como el estreno del nuevo programa de Pepe Navarro. Reconozco que sentía curiosidad morbosa, pero por lo visto, parece que no me he perdido gran cosa. En cambio, mi vida social ha mejorado notablemente a base de cafés vespertinos y conversaciones varias, y he recordado la vida que hay más allá del electrodoméstico catódico. Definitivamente, diez días sin tele no han sido un castigo. (Eso sí, a ver cuando arreglan la puñetera antenita...)

04 diciembre 2005

Ya sé qué quiero para Navidad...

...mi propio robot Robby!! ¿No lo conocen? Es el autómata de Planeta Prohibido, película mítica por las piernas de Anne Francis, la banda sonora paleo-electrónica de Louis y Bebe Barron, y por ser de las pocas en las que Leslie Nielsen sale serio. La compañía Hammacher Schlemer vende por Internet una versión de tamaño real, construida a partir de los planos originales. El artefacto camina solo, habla e incluso lo puedes conectar al equipo de sonido para que haga las veces de Home Cinema. Te lo llevan a casa por unos 49.999 dólares de nada...

Reseña: "Harry Potter y el cáliz de fuego"

Esta cuarta entrega de las aventuras del niño mago ha tenido la desgracia de ir justo después de la mejor película de la saga, El prisionero de Azkaban, dirigida por el mexicano Alfonso Cuarón. Aún siendo mejor que las discretas primeras dos partes realizadas por Chris Columbus, la película es algo cansina y con un ritmo descompensado. Las escenas de acción y aventura están muy bien resueltas, pero las situadas entre ellas son bastante grises.
Este contraste se da incluso en el plano formal. Escenas como la travesía submarina por el Lago Negro o, sobre todo, la batalla contra el dragón, resultan brillantes desde el punto de vista narrativo, no sólo por los efectos especiales, sino por poseer un montaje dinámico sin llegar a ser mareante. También es de agradecer que se recurra a frecuentes planos generales, recurso olvidado por los directores videocliperos de la actualidad que resulta ideal para airear las escenas y, sobre todo, ofrecer mejor información a los espectadores de la situación espacial de los personajes.

En cambio, las escenas de diálogo están resueltas de manera casi televisiva, recurriendo incluso a chapuceros reencuadres a base de zoom que, en los años 70 tenían su gracia, pero ahora resultan bastante antiestéticos. No deja de ser curioso que el director del film, un Mike Newell acostumbrado a comedias románticas dialogadas, yerre precisamente en los momentos pausados y destaque en los dinámicos.

Juzgar el trabajo de los actores infantiles resulta complicado a causa del doblaje (ya que normalmente sus voces españolas suelen sonar muy falsas). Digamos que Daniel Radcliffe (Harry) sabe poner muy bien la cara de niño asustado, lo cual le ha convertido en el adolescente más rico de Reino Unido.

Se ha destacado que es la entrega más oscura y tenebrosa de la serie, y ciertamente lo es. Es agradable comprobar que tras años de pelis infantiles ñoñas y políticamente correctas, se recupera la tradición macabra de los cuentos clásicos, con lobos que comen abuelas y brujas que devoran hermanitos. Aquí, hay serpientes que salen de calaveras, tenebrosos cementerios y un inquietante villano (un irreconocible Ralph Fiennes).

La película resulta algo larga y pesada, y supone una seria prueba para la vejiga del espectador. Aún así, merece la pena verla por la belleza de alguna de sus imágenes más fantásticas: podemos ver (decentemente representados gracias a unos suntuosos trucajes) una carroza tirada por caballos alados, un espectacular paseo submarino con sirenas, impresionantes panorámicas aéreas sobre el entorno de ensueño que circunda la escuela Howgarts y un temible dragón que amenza seriamente la posición de Vermithrax, el monstruo de El dragón del lago de fuego, como el mejor ejemplar de su especie en la Historia del Cine.

Otro elemento destacable es la partitura de Patrick Doyle, que sustituye aquí al maestro John Williams. El nuevo compositor utiliza el tema principal de las películas previas (lo cual es lógico, al ser una serie), pero le confiere un aire más misterioso. El resto de la composición se podría resumir con la palabra "elegante", algo a lo que nos tiene habituado Doyle. Personalmente, creo que supera a la música de las partes anteriores, lo cual muchos considerarán un sacrilegio. Williams es un maestro indiscutible y legendario, pero no tiene por qué ser siempre el mejor.

En suma, una película simplemente correcta e incluso pesada, pero con algunos fragmentos de imaginería fantasiosa que harán las delicias de quienes de niños disfrutaron de libros como La historia interminable de Michael Ende o La enciclopedia de las cosas que nunca existieron de Michael Page y Robert Ingpen.

[Nota: Releyendo el texto, me doy cuenta de que a lo mejor he sido muy severo con la película. La razón puede deberes a que tengo un mal recuerdo d eesa tarde de cine, pues coincidí en la sala con los pre-adolescentes más ruidosos, bárbaros y maleducados de Tenerife, una camada de esa clase de niños que te hacen pensar que Herodes fue un tío grande].

02 diciembre 2005

Contra la catástrofe, anuncios
Una de las medidas mas rápidas que adoptó la compañía eléctrica Unelco-Endesa tras los cortes de luz (aún no resueltos) originados por la tormenta Delta en Canarias fue contratar en la prensa local enormes anuncios a todo color (iba a escanearlos para ilustrar esta entrada, pero paso de hacerles publicidad gratis). Uno, que lleva tres días a oscuras, con agua fría y un transistor a pilas, ve esa publicidad y no le pilla la gracia. A lo mejor es que tengo poco sentido del humor (negro).
Si Unelco pretende lavar su imagen pública con esa papafritada, va lista. Lo más probable es que quiera dejar contentos a los periódicos (que viven de la publicidad) y quizá condicionarlos para que no investiguen a fondo lo deficiente que ha sido la gestión de la crisis por parte de la compañía. Dentro de lo que cabe ha actuado con agilidad (desde aquí un sincero agradecimiento a sus operarios, que han trabajado a toda máquina bajo condiciones adversas), pero la información no ha sido clara ni suficiente y, sobre todo, se ha puesto en evidencia que los medios con los que dispone la empresa en Canarias son pocos para prevenir y solventar casos de emergencia en poblaciones de más de 200.000 personas.

De vez en cuando se oían voces que clamaban que la red era endeble, con escasas revisiones y menos repuestos (no entramos aquí en la conveniencia de apostar tan fuerte por los tendidos aereos frente a los soterrados). Para colmo, ya había un precedente de inoperancia: durante las riadas en Santa Cruz de Tenerife el 31 de marzo de 2002, la ciudad vivió otro apagón, de nuevo originado por lo obsoleto de los equipos. Teniendo en cuenta que la empresa es monopolio en Canarias y, por tanto, obtiene el máximo de ingresos posibles (porque a los ciudadanos no nos queda otra que pagarles religiosamente), es lamentable que no hayan invertido en mantenimiento de la red.

Los políticos se suben ahora al carro de las críticas, las peticiones de responsabilidades, las alternativas e incluso intentan sacarle rédito electoral. Recuerdo que hicieron lo mismo cuando la riada, y al final todo quedó en meros comentarios, y ya sabemos que las palabras se las lleva el viento (vaya metáfora más desafortunada). Esos que ahora cacarean (porque saben que es lo que les lavará la cara ante una población votante que ha llegado a la cacerolada), mejor hubieran aprovechado en su momento para exigir a la compañía una mayor inversión en mantenimiento.

Artistas comprometidos

Leo en El País que los hermanos David y José Muñoz, más conocidos como Estopa, han apoyado a los trabajadores de Seat concentrados en Barcelona ante la próxima regularización (= despido brutal) a la que serán sometidos 1.346 trabajadores (en la foto, leyendo un manifiesto). Uno de los cantantes trabajó en la empresa automovilística, por lo que se puede decir que tiene cierta implicación personal en la protesta. Aún así, sorprende y agrada ver a dos estrellas del chou-bizni patrio a pie de manifa por una causa como esta.
A los artistas Pop siempre les ha gustado manifestarse, pero a menudo he dudado del compromiso real de muchos de ellos, ya que estoy convencido de que la mitad de las veces lo hacen asesorados por sus representantes, más que por verdadera convicción. Además, suelen dedicarse a causas muy generales o universalmente aceptadas, como el hambre en el mundo, la lucha contra el SIDA... asuntos sobre los que hay general consenso y nula polémica.

En pleno capitalismo salvaje globalizado, sumarse a unos pobres curritos que luchan por preservar un trabajo que, encima, no es de los más envidiables, no creo que la postura de Estopa sea de cara a la galería. Como se descuiden, hasta puede serles perjudicial y acabar acusados de "pancarteros", "antisistemas" y "comunistas pro-obreros". Por ello celebro su gesto, por considerarlo honesto, salido de las entrañas y no de un comité de marketing.

Por cierto, no me gusta la rumba y no soy fan de Estopa (de hecho acabé de La raja de tu falda hasta los mismísimos). Pero he de reconocer que frente a autómatas repiteconsignas como los triunfitos y demas artistillas de laboratorio, los Muñoz me parecen unos tíos muy cabales y simpáticos, me suelen caer bien en cada entrevista que les leo o veo y han demostrado un sano cachondeo en sus campañas para Nintendo. Y claro, con esto de Seat aún me caen mejor. Ojalá su apoyo sirva para algo.

01 diciembre 2005

Ellos también son víctimas

Oído por la noche en una emisora de radio local -que por desgracia no pude identificar- en la que vecinos tinerfeños relataban sus vivencias durante la tormenta tropical Delta (no es una trascripción literal, reproduzco de memoria):

- Oyente: Es un milagro que sólo hayan habido siete víctimas.
-Locutor: (Sorprendido) ¿Siete?
- Locutor: Aaaaah… (exclama como si acabara de comprender) Es que está contando también a los de la patera… Por un momento pensé que habían aparecido más víctimas de aquí.”

Preguntas a tan avezado locutor: ¿Es que los de la patera no merecen siquiera el calificativo de víctimas? ¿Acaso por ser extranjeros no se les puede considerar fallecidos a causa de la tormenta? ¿Haría usted esa distinción si los muertos hubieran sido seis turistas alemanes en un velero de recreo?

Vale que a lo mejor me he puesto pelín demagógico, pero es que estas cosas me enervan. Más que enervarme, me cabrean. Y es que en los medios locales, esos que no se sabe muy bien si son legales o qué, campa en ocasiones cada elemento...

30 noviembre 2005


Dios pierde un dedo

La tormenta tropical Delta pasó por Canarias dejando tras de sí siete fallecidos e incalculables pérdidas materiales. Una de ellas tiene gran significación simbólica: el Dedo de Dios, hermoso roque que se erguía en la costa de Agaete (Gran Canaria), ha perdido a causa del fuerte viento su parte superior, aquella gracias a la cual había sido bautizado con tan peculiar nombre.
La naturaleza caprichosa, unida al ingenio popular, crea en ocasiones símbolos que calan hondo en la gente. El Dedo de Dios era uno de ellos. Objetivamente hablando, no era más que una roca en medio del mar, que en ocasiones se mimetizaba con la pared pétrea de fodo. Pero se había convertido en una imagen querida del pueblo que lo acogía, y por extensión, de toda la isla.

Ya se habla de posibles obras para evitar que se pierda la memoria de este accidente natural. Particularmente, creo que sería mejor dejarlo así, como recordatorio de la fuerza de la naturaleza, ya que su nueva condición de vestigio de lo que fue tiene una inequívoca fuerza romántica: igual que nos emociona la ruina del templo romano o la estatua griega sin brazos, la roca quebrada será para generaciones venideras un acicate que azuzará su imaginación y nostalgia.

Supongo que a la larga algún artista local con aspiraciones de eternidad realizará alguna intervención "paisajística" sobre los restos del roque. Ya el pintor Pepe Dámaso ha manifestado en la radio su lamento por la roca perdida; no me extrañaría que fuera él el elegido para una obra que sin duda dará que hablar.

Mientras, a mí me quedará el recuerdo de cuando era niño y mis padres me llevaban a comer los domingos pescadito a Agaete, y visitar el Dedo de Diós era una cita ineludible. Nunca pensé que me llegaría a sentir triste por una roca.
(FOTO: El roque antes y después de la tormenta)

28 noviembre 2005

Domingos paranormales

Se han colado en la programación dominical dos espacios dedicados a eso que los "expertos" llaman parapsicología: en la televisión autonómica canaria, un docudrama sobre la historia "sobrenatural" de las islas llamado Phenomena (un muy cinéfilo título que remite al director Dario Argento), y en Cuatro Cuarto Milenio , que intenta abordar estos asuntos desde una óptica pretendidamente periodística.

No entro ni salgo en la naturaleza de las historias que se relatan; cada quien es libre de creer lo que desee. Sin embargo, el tratamiento que se da a la materia en estos espacios es decepcionante por tópico.
Los así autodenominados "parapsicólogos", "ufólogos" y "lo-que-sea-lólogos" suelen criticar que se les toma poco en serio. Pero cuando tienen la oportunidad de demostrar sus "saberes" en la pequeña pantalla, siempre caen en los mismos vicios: aunque dicen querer informar, básicamente inquietan y asustan al personal.

No falla: en todos los reportajes hay voces en off graves y cavernosas, en lugar de una locución de tono normal; la banda sonora está plagada de músicas tétricas y efectos sonoros que dan yuyu; los propios decorados, cabeceras y elementos de tipografía y diseño gráfico empleados son más propios de una cinta de la
Hammer que de un programa informativo. Si de verdad pretenden divulgar con rigor cierto tipo de realidades, ¿por qué siguen utilizando formalismos del cine de terror?

El caso es que las cadenas dan cada vez más pávulo a este tipo de espacios en los que, digan lo que digan, suelen compartir minutos los charlatanes con las gentes de bien. Mientras, el arte, la literatura, la ciencia y otras manifestaciones culturales carecen de espacio en las parrillas televisivas. No parece que hayamos avanzado mucho desde la Edad Media, pues se sigue fomentando la superstición frente al conocimiento, lo irracional frente a lo intelectual.

Recordad el 5 de noviembre

El proximo año se estrenará la adaptación cinematográfica de V de Vendetta, el oscuro comic escrito por Alan Moore e ilustrado por David Lloyd entre 1984 y 1988. Sus carteles, que imitan el grafismo del arte propagandístico soviético, son contundentes y representan un soplo de aire fresco frente a tanto poster resuelto con el manido recurso de la foto del careto de la estrella de turno.
Moore escribió la historia cuando la ascención al poder de Margaret Thatcher lo sumió en una grave preocupación. El comic transcurre en un futuro no muy lejano, en el cual Gran Bretaña está en manos de una dictadura fascista heredera de ese Thatcherismo tan odiado por el escritor. Un misterioso y violento personaje, V, luchará contra ese sistema.

La película será sin duda polémica, ya que V es un terrorista con todas las de la ley: en una celebrada escena del comic, hace volar por los aires el Big Ben, y como emblema lleva una máscara de Guy Fawkes (un tipo que en 1605 intentó volar las Casas del Parlamento inglés con el rey dentro; el 5 de noviembre de cada año se celebra con hogueras la captura del personaje antes de que cometiera el magnicidio).

Desconozco el grado de fidelidad que tendrá la película respecto al comic: tras los atentados en Londres, no sé hasta qué punto será bien acogido un (anti)héroe terrorista como V. El casting, aún así, promete: Natalie Portman, que se ha rapado la cabeza para el papel, y Hugo Weaving, el inolvidable agente Smith de Matrix, uno de esos histriones que justifican ver las películas en versión original (oídlo en el trailer, recitando al final ese soniquete de "Remember, remember, the Fith of November...").

27 noviembre 2005

Con las manos en la caja

Los medios de comunicación se hacen eco de la condena a seis meses de prisión de Emilio Ybarra, ex directivo del BBVA (por ejemplo, aquí, aqui, aqui y también aquí). Por supuesto, aún le queda la posibilidad de recurrir a numerosas instancias, por lo que no podemos considerarla una condena firme. Pero su caso me sirve para recordar los de Mariano Rubio (aquel gobernador del Banco de España por el que Felipe González puso la mano en el fuego y acabó en el trullo), Javier de la Rosa (el caso KIO lo dejó KO), Mario Conde... ¿Qué les pasa a los banqueros de este país, que a muchos pillan con las manos en la caja?
Por supuesto, no digo que todos los finacieros sean proclives a la contabilidad creativa, pero resulta escamante que tantos hayan sido condenados y que abunden los juicios por motivos relacionados con la gestión de las entidade bancarias. Desconozco la situación en otros países, pero en España parece que la picaresca es una invariante histórica que alcanza a todos los estamentos.

El juicio al banquero, falto de acción, lleno de diálogos repetitivos y tecnicismos incomprensibles, resulta poco atractivo como espectáculo televisivo, aunque Mario Conde tenía cierta telegenia. Sin embargo, se dan tantos caso que dentro de poco se podría instituir en género. Yo por si acaso, voy a dejar de hablar de este tema y recalcar mi confianza en las entidades financieras, no sea que a alguno le de por revisar las condiciones del último préstamo que pedí...
Ni un pájaro ni un avión

En verano de 2006 Superman volverá a los cines de la mano del director Bryan Singer (el mismo de los X-Men y los sospechosos habituales aquellos en los que Kevin Spacey hacía de un criminal cojo y apocado que en realidad era... ¡uy, casi se me escapa!).
Ya hay un teaser o mini- trailer oficial circulando por ahí para abrir apetito, con la voz en off de Marlon Brando y la clásica música de John Williams. Eso, unido al título elegido (Superman Returns), indica que va a ser una continuación de las películas preexistentes, y no un nuevo comienzo de la saga, como sucediera con la reciente (y excelente) Batman Begins.

A medio año del estreno, ya comienzan a dar la lata con el merchandising y promociones, con productos tan friquis como los que reporta la página Superhero Hype... un Ken Superman y una Barbie Lois Lane. Si esto es indicativo de por dónde van a ir los derroteros publicitarios, intuyo que nos vamos a reir muy mucho con este hombre de acero.

La duda es si el nuevo Superman, un tal Brandon Routh , podrá hacer olvidar a Christopher Reeve, al que muchos consideran el actor definito en el papel. No es por ser escéptico, pero...

La cadena pija
La nueva cadena en abierto del Grupo Prisa lleva casi un mes en antena, y el resultado es agridulce. Es edificante que su programación no se base en reality shows cutres, cotilleo, friquis discutiendo chorradas a voces y demás periodismo de alcantarilla. Pero también está resultando fría y distante: no ofende ni disgusta, pero tampoco engancha ni apasiona.
Los productos del grupo Prisa siempre han mostrado esa extraña esqizofrenia que mezcla el progresismo sociopolítico bienintencionado pro PSOE con un ramalazo pijo, yuppie y de diseño que no acaban de casar. El paradigma es el suplemento domincal de El País, que en un mismo ejemplar puede alabar un programa de rehabilitación penitenciaria, loar los diseños de ese zapatero de lujo llamado Manolo Blahnik, entrevistar a una activista de los derechos civiles en África y aconsejar como decorar un loft coool con hi-tech fashion. Cuatro ha optado por aumentar la vertiente pija y dejar a un lado la más comprometida.

Abundan los decorados blancos que resultan tan limpios como fríos. Recuerdan a esas casas minimal que tanto exhiben en el citado dominical: a primera vista resultan bellísimas, pero un análisis detenido confirma que son ámbitos en los que crear un hogar cálido y humano sería imposible porque la presencia de terrícolas destrozaría la armonía de líneas y la unidad cromática.

Sus presentadores son pulcros, guapitos, no se aturullan hablando y transmiten profesionalidad. Pero son témpanos de hielo. Consideren que una de las presentadoras estrellas de la cadena es Ana García Siñeriz, y entenderán a lo que me refiero. En Cuatro tengo la sensación de ver una televisión presentada por replicantes, y gracias a ella he comprendido por fin dónde residía el encanto de aquella Carmen Sevilla presentando en cholas el telecupón.

Por ahora, solamente Noche Hache y la reposición de Buffy la cazavampiros han alegrado mi experiencia como televidente. Ni siquiera el cacareado informativo de Iñaki Gabilondo ha logrado excitar algo mis meninges. Y hablando de excitaciones... ¿recuperará Cuatro la peli X de los viernes noche? A lo mejor ese es el empujoncito que necesitan de cara a la audiencia...

24 noviembre 2005


No les pillo la gracia

Últimamente a la crítica le ha dado por subir a los altares dos películas hasta considerarlas casi obras maestras. La filmografía de sus directores es de indudable calidad y en esta ocasión han creado dos films más accesibles de lo que suele ser habitual en ellos. Sin embargo, aún reconociendo que son buenas películas, no les acabo de coger el punto. Me refiero a Una historia violenta, de David Cronenberg y Flores rotas de Jim Jarmush.
La primera es una cinta muy bien narrada, de esas que cuando te das cuenta ya han finalizado. Tiene un par de cronenbergismos (=guarradas) que no parecen pegar con el resto del film (y quizá por ello resultan tan efectivas) y los actores están muy bien. Como suele ser habitual, se ha halagado mucho a Ed Harris, pero yo me quedo con un William Hurt con aspecto de ido que resulta involuntariamente divertido.

Sin embargo, esa sesuda tesis que se supone que contiene acerca de "la violencia inherente al ser humano"... qué quieren que les diga, yo no la acabo de ver; si acaso la atisbo lejanamente en el personaje del hijo de Viggo Mortensen. Es un neo-Film Noir que, como también se ha podido leer, recuerda a Forajidos, de Robert Siodmak, pero sin mujer fatal. Ya saben, el pasado que acaba alcanzándonos, la imposibilidad de la redención, y todo eso.

Flores rotas ha resultado más decepcionante. Bill Murray, cómico que siempre me gustó en gansadas como El pelotón chiflado o Los cazafantasmas por su aire de que la cosa no iba con él, alcanzó un inusitado prestigio gracias a la bonita Lost in Translation. Aquí, básicamente, vuelve a repetir el papel de yuppie alelado.

La película es un amago de comedia sin gracia, con serias arritmias y tiempos muertos que, si bien son propios del cine de Jarmush, en este caso resultan enervantes. Lo peor es que tenía los mimbres para ser muy divertida: el personaje del vecino-detective que interpreta Jeffrey Wright resulta simpático, y el propio mac guffin que sustenta la trama (una carta sin rúbrica que informa a Murray que es padre de un chaval de 20 años) daba más juego. Una oportunidad perdida.

A estas alturas ya deben estar hartos de leer y oir por ahí lo maravillosas que son estas cintas. Pero, aún reconociendo que son películas superiores a la media, me siento incapaz de detectar tantas excelencias. Es más: sospecho que si las mismas imágenes las firmaran machacantes del Hollywood industrial en lugar de cineastas de culto, la crítica habría sido menos generosa.

20 noviembre 2005

Bienvenidos
Con esta bitácora pretendo divertirme (y divertirlos) con comentarios, críticas y alguna que otra paja mental a costa de películas, programas televisivos, artículos de prensa, tebeos... de todos esos medios de comunicación que tanto nos entretienen, fascinan y crispan a partes iguales.
Sean libres para participar enviando opiniones, juicios, chascarrillos, exabruptos, ingresos en mi cuenta corriente, esas cosas que se mandan a los blogs. Eso sí, les agradecería que fueran cordiales en la medida de lo posible, que para foros de crispación ya tenemos el Parlamanto nacional (el autonómico es bastante más aburrido).

Este mensaje de bienvenida permanecrá un tiempo, mientras introduzco algún contenido y me hago con los mandos de este artefacto. El capitán Kirk estrelló la Enterprise un par de veces, así que calculen lo que podría llegar a hacer un energúmeno como yo. Sean pacientes con este novato, y bienvenidos a la bitácora de un búho miope, que lo ve todo...pero a su manera.
Anexo del 14 de abril de 2006: Lo que han leído es el texto que abría, en noviembre de 2005, mi primer blog, alojado en Bitácoras.com. Por razones técnicas, me vi obligado a mudar los contenidos a Blogger (donde lo lees actualmente). Así que todo lo que leas con fecha anterior a marzo de 2006 procede de la primera localización.