Los medios de comunicación se hacen eco de la condena a seis meses de prisión de Emilio Ybarra, ex directivo del BBVA (por ejemplo, aquí, aqui, aqui y también aquí). Por supuesto, aún le queda la posibilidad de recurrir a numerosas instancias, por lo que no podemos considerarla una condena firme. Pero su caso me sirve para recordar los de Mariano Rubio (aquel gobernador del Banco de España por el que Felipe González puso la mano en el fuego y acabó en el trullo), Javier de la Rosa (el caso KIO lo dejó KO), Mario Conde... ¿Qué les pasa a los banqueros de este país, que a muchos pillan con las manos en la caja?
Por supuesto, no digo que todos los finacieros sean proclives a la contabilidad creativa, pero resulta escamante que tantos hayan sido condenados y que abunden los juicios por motivos relacionados con la gestión de las entidade bancarias. Desconozco la situación en otros países, pero en España parece que la picaresca es una invariante histórica que alcanza a todos los estamentos.
El juicio al banquero, falto de acción, lleno de diálogos repetitivos y tecnicismos incomprensibles, resulta poco atractivo como espectáculo televisivo, aunque Mario Conde tenía cierta telegenia. Sin embargo, se dan tantos caso que dentro de poco se podría instituir en género. Yo por si acaso, voy a dejar de hablar de este tema y recalcar mi confianza en las entidades financieras, no sea que a alguno le de por revisar las condiciones del último préstamo que pedí...
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