12 noviembre 2008

Hatajo de vagos


Sí, ese es el desolador panorama que mostraba esta mañana nuestro Parlamento. Y eso que se discutían nada menos que los presupuestos del estado en tiempo de crisis. Pero es que aunque se discutiera el más nimio detalle, es indignante tal absentismo. Esos señores (por llamarlos algo) y señoras (ídem paritario) cobran del erario público, y más que sea para cubrir las apariencias, deberían personarse. Muchos tienen vagas excusas para explicar su ausencia, pero está claro que lo que es ganarse el sueldo y las dietas, me da que no mucho.

Vale que sus señorías (con perdón) no pregunten. Vale que no respondan. Vale que no se apunten a una comisión. Vale que ni siquiera presten atención a lo que dicen los demás parlamentarios. Pero, joder... ¡es que ni siquiera van!

Deberían fichar a la puerta del escaño como si fueran niños chicos, o descontarles dinerito por cada ausencia. Pero está claro que esta situación, si nos creemos que de verdad estamos en una democracia (ay qué risa, tía Felisa...), debe solucionarse ya, porque la pérdida de credibilidad institucional que implica este desolador vacío de la cámara es terrible. ¿Cómo vamos a convencer a nadie de la necesidad de acudir a las urnas si el resultado de las elecciones va a ser un hemiciclo de escaqueados?

Es que si Tejero hubiera dado el golpe de Estado hoy, habría hecho el ridículo más espantoso. Ya me puedo imaginar la escena: "!Quieto todo el mund... Ehhh... ¿Hola?... ¿Hay alguien?"

Quiero que me devuelvan mi voto ya para poder limpiarme el culo con él; está claro que esa va a ser la única manera de sacarle provecho a esa mísera papeleta.

(Foto publicada en Soitu.es)