19 mayo 2008

¿Y los royalties del Dr. Moreau?

Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad, y hay noticias que al leerlas se te queda cara de lelo. La cosa no es únicamente que un grupo de científicos haya ideado la manera de crear embriones híbridos de humano y vaca, sino que el parlamento británico ha aprobado la ley que permitirá que esos experimentos sigan adelante.

Generalmente me considero una persona abierta a los avances científicos, y seguramente este procedimiento será muy útil para investigar ciertas enfermedades. Pero lo de mezclar humanos con vacas (o churras con merinas, que al final es lo mismo) produce en mí el mismo efecto que una sobredosis de los yogures esos que regulan el tránsito intestinal. Hace cincuenta años empezaron a investigar la fusión del átomo por el bien de la humanidad, y fíjense la que se montó.

Por ahora la ley sólo permite que esos embriones fecundados vivan catorce días. Pero mi imaginación frikosa, afectada por tantos años de películas de marcianos y alimañas varias, no puede evitar pensar en un futuro de humanos mutantes: policias con genes de doberman, inspectores de hacienda con ADN de mosquito y obreros dóciles con cerebro de ovejita, por ponernos en plan distopía chungui-salchichera.

Hoy más que nunca me acuerdo de ese doctor Moreau que ideó H.G. Wells y que en cine tuvo las pintas de Charles Laughton, Burt Lancaster y Marlon Brando en sucesivas versiones. Me pido ser “el que dice la ley”, que tenía cuernos de chivo pero al menos era medio jefe.

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