10 agosto 2006

Star Trek a subasta

Con motivo del 40 aniversario de la creación de Star Trek, la prestigiosa sala de subastas Christie's ha organizado una multitudinaria puja los días 5,6 y 7 de octubre en la que se pondrán a disposición del mejor postor millares de objetos de vestuario y attrezzo de la popular saga. Esto quiere decir, por un lado, que es una serie que aún tiene muchos fans, pero también que es algo del pasado.

Star Trek hace tiempo que murió. Las últimas películas protagonizadas por la tripulación del Enterprise no solamente fueron fracasos de taquilla, sino que eran malas a rabiar. Y la última serie televisiva, llamada precisamente Enterprise, no logró levantar vuelo.


Ser fan de Star Trek se ha convertido con los años en una losa para muchos aficionados, ya que la saga siempre ha sido vista con cierta condescendencia. Y las convenciones "trekkies" no han ayudado, precisamente, a dar una buena imagen de la serie, sino que más bien han sido el argumento principal de sus detractores para poderla calificar una frikada. De hecho, el propio capitán Kirk de la serie original, William Shatner, protagonizó hace años en el programa cómico Saturday Night Live un célebre scketch en el cual parodiaba las convenciones de Star Trek a las que tanto debía ir.


A mí me gusta mucho Star Trek. Pese a sus fallos, es un buen entretenimiento que, además, en su día se unió a los vientos de cambio sociales de los años 60, proponiendo una tripulación multirracial (incluyendo a un ruso en plena Guerra Fría) con componentes de ambos sexos (si bien ellas y sus tremendas minifaldas ciertamente tenían poco protagonismo). Además, siempre he pensado que el USS-Enterprise es la nave más bonita que ha surcado una pantalla.

Pero está claro que, tras diez películas, millares de horas de televisión repartidas en cinco series, novelas y videojuegos, el universo Trek se ha saturado. Hoy por hoy, ningún guionista es capaz de escribir nada mínimamente interesante en ese mundo, pues la información que existe es tan abundante, que resulta imposible ser original.


Además, los trekkies se han revelado como unos ultraortodoxos de la peor clase: si alguien osa cambiar nada de lo establecido anteriormente, saltan como arañas peludas a por el iconoclasta. Ahora bien, quizá los responsables de la serie han pecado de ser demasiado respetuosos con estos fans. Porque está claro que ni eran tantos ni tan influyentes como para salvar la saga de su cancelación final.


Pese a todo, aún hay una leve esperanza: J.J. Abrams, creador de las series Alias y Perdidos, y director de Misión Imposible III, ha sido contratado por Paramount para relanzar Star Trek. Ya hay, incluso, un cartel circulando (lo reproduzco en la apertura de este artículo) cuyos colores y tipografía extraídos de la serie de los años 60 indican por donde van los derroteros: una vuelta la nostalgia. Muchos hablan de que tratará del primer viaje del capitán Kirk, e incluso se menciona el nombre de Matt Damon para el papel.


Creo que es un error, pues está claro que lo que necesita la saga es renovación. Al igual que se hizo con Batman o se ha hecho recientemente con James Bond, sería el momento adecuado para hacer borrón y cuenta nueva, y comenzar Star Trek de cero, quedándose con lo mejor del legado, pero actualizándolo. Y no es una idea nueva: en 2004 J. Michael Straczynski, artífice de otra serie de ciencia ficción de culto, Babylon 5, elaboró un proyecto para relanzar la serie desde cero. El documento fue publicado en pdf hace poco en la red por el co-autor del texto, Bryce Zabel (aquí, en inglés). Por supuesto, no le hicieron ni puñetero caso, a pesar de que es muy sensato y atractivo.

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