02 agosto 2006

Música de Cine en Úbeda: John Frizzell

John Frizzell no es precisamente una estrella dentro de la música de cine de Hollywood. Por así decirlo, es como uno de esos equipos de fútbol que siempre están en la mitad de la tabla: es un buen profesional, trabaja regularmente, pero no ha gozado de grandes proyectos que lo hayan colocado en primera fila. A pesar de ello, a lo largo de su carrera ha tenido un par de trabajos más que interesantes. Por ejemplo, supo salir airoso de esa papa caliente que era Alien: resurrección, pues me imagino que no debe ser fácil continuar una saga en la que han dejado su impronta compositores de la calidad de Jerry Goldsmith, James Horner o Elliot Goldenthal.

Este músico se ganó a los asistentes del congreso de Úbeda de 2005, hasta el punto de que fue invitado a ser el presidente de honor en 2006, cometido que cumplió con creces, pues en todo momento estuvo trabajando para que el evento se desarrollara con eficacia. La imagen de Frizzell yendo de un lado para otro a toda prisa, con sus pantalones cortos y su mochila al hombro, era de las más habituales durante esos cuatro días en el Hospital de Santiago, sede del congreso.

He escuchado a algunos asistentes criticar que Frizzell era “algo frío” A mí no me lo pareció en absoluto, pues supo aceptar con paciencia y resignación ese calvario de firmas y fotos al que sometimos a todos los compositores. Fue en todo momento educado y, es verdad que en ocasiones se le veía algo apurado, pero no era para menos, tenía un concierto que sacar adelante, no exento de dificultades. Además, tuvo que capear algunos temporales: por ejemplo, improvisó una conferencia en el pasillo de la sede del congreso cuando la megafonía de la sala de conferencia se estropeó. ¡Otra cosa no, pero tablas tiene este hombre!

Su conferencia fue especialmente interesante, al menos para mí, porque sirvió para valorar la figura del editor musical, una de esas profesiones que sabía vagamente que existían y en qué consistía, pero que hasta ahora no había acabado de apreciar en toda su dimensión. Para explicarlo, Frizzell utilizó como ejemplo uno de sus últimos trabajos, The Prize Winner of Defiance, Ohio, una cinta que aún no ha sido estrenada en España y que el compositor lamentó que no tuviera la repercusión esperada, a pesar de estar protagonizada por Julianne Moore y Woody Harrelson.

El compositor puso, en primer lugar, una pieza tal cual la había compuesto, sincronizada sobre una copia de trabajo de la película. El fragmento duraba en torno a minuto y medio, y la referencia que se debía tener en cuenta era el momento, hacia el final de la escena, en el que Woody Harrelson entraba por una puerta. En esta primera versión, la música continuaba unos segundos después, y terminaba con Harrelson dentro de la casa.

Pero la directora deseaba que la música cesara justo en la puerta, por lo que la editora musical tuvo que hacer cortes imperceptibles en la banda sonora aquí y allá. Tras explicar esto, Frizzell proyectó la misma escena tal cual se ve en la copia final. Y efectivamente, la música acaba justo al llegar a la puerta, pero aparentemente la música es igual a la primera versión. Evidentemente, no lo es pues tiene menos segundos, pero es imposible distinguir en qué momentos ha sido editada. “Ni yo mismo detecto dónde están los cortes”, señaló Frizzell, lo cual habla de la eficiencia y utilidad de un buen editor musical.

Este trabajo también es un buen ejemplo de la versatilidad estilística que deben poseer los músicos de cine. Normalmente, asociamos banda sonora con sonido sinfónico, pero en algunos casos esa aproximación sería errónea para el estilo de la película, y este era uno de ellos. La cinta transcurre entre los años 50 y 60, por lo que la música hace continuas referencias a la música ligera americana propia de esa época y, a medida que la trama se acerca a los años 60, va incorporando rasgos de Rock& Roll. Es un buen ejemplo de cómo la música puede ayudar a contextualizar una película.

Otra de las funciones de la música de cine es realizar comentarios sobre el carácter de los personajes, hasta el punto de poder modificar la visión que se tiene de ellos. El personaje de Harrelson en la cinta es un marido borracho y violento que en los pases previos de la cinta era lógicamente rechazado por la audiencia.

En una escena, este personaje destrozaba un frigorífico a golpes mientras su familia lo miraba asustado. Originalmente, la directora no quería música para ese fragmento, aunque Frizzell le pidió infructuosamente escribir una pieza. En su día libre, el compositor decidió componerla y se la puso a la directora, a la cual le gustó el resultado y lo dejó en la cinta... pero le pidió al compositor que no volviera a hacer algo así. La escena en cuestión está ahora acompañada por una música melancólica, que va en contra de la violencia de las imágenes, pero añade un aire de patetismo al personaje de Harrelson.

Frizzell indicó que, evidentemente, no se puede aprobar la conducta de ese personaje, pero sí sentir compasión por él. Y el objetivo se logró, ya que en otro pase de prueba con la nueva música, el antaño odiado papel de Harrelson fue mejor recibido por la audiencia

Ya en el turno de preguntas, algún trekkie presente en la sala le preguntó por su aportación a la saga Star Trek, ya que Frizzell puso música a tres capítulos de la serie Enterprise. El compositor recordó divertido que en uno de ellos escribió un largo fragmento solamente para viento madera, lo cual fue recibido con gran estupor por los ejecutivos de Paramount. La extrañeza desapareció cuando reorquestó de manera más tópica la pieza con viento metal.

Otro momento divertido fue cuando se le preguntó por los recurso innovadores que utilizó en Alien: resurrección. La pregunta pilló por sorpresa a un Frizzell que indicó que la orquestación de esa partitura fue bastante tradicional. El espectador replicó entonces que en el DVD del “Cómo se hizo” aparece un momento en el que el compositor indicaba a un percusionista que frotara un chupa-chups contra el platillo (sic), buscando un sonido novedoso. Frizzell, jocosamente, se sinceró: “Eso fue que cuando grabábamos con la orquesta me avisaron de que los del DVD venían a entrevistarme, y que hiciera algo interesante. Así que no se me ocurrió otra cosa que frotar un chupa chups contra un platillo. ¡Fue para darme publicidad!”. Sin duda, el truco le funcionó.

(Foto: Segundo momento fan-fatal, de nuevo servidor con Mr. Frizzell)

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