28 enero 2008

Coleccionables

Los periódicos nacionales llevan años editando coleccionables de la más diversa calaña como estrategia de marketing para aumentar su venta de ejemplares. Ha habido de todo, y algunos de ellos han sido notables, cubriendo prácticamente todos los palos de la cultura: cine, literatura, artes plásticas, música o historia. Y claro, ha sido tal la sobreabundancia que, al final, ha pasado lo que tenía que pasar: han tocado fondo. Y ha sido, precisamente, este fin de semana.

El País ha editado algo que por (de)mérito propio le hace perder su hipotética y (auto)proclamada posición de diario serio del estado: nada menos que una colección de libros y DVD sobre los casos más misteriosos “investigados” por Iker Jiménez. Ya en 2005 critiqué el programa de esta estrella mediática, y no tanto por la materia que aborda, como por su tratamiento. Hay hechos misteriosos en este mundo que, a priori, pueden ser una materia para un reportaje tan digna como la que más. No tengo nada en contra de que me hablen de Ovnis, aparecidos o maldiciones si se hace con el rigor y la precaución que siempre es exigible y, en este tipo de material, más aún.

El problema es que Jiménez y los de su cuerda aprovechan estos asuntos para hacer sensacionalismo y ofrecer cuentitos de terror. Eso sin contar que, en el apartado meramente investigador, a veces se las dan con queso: aún se oyen las carcajadas del personal a propósito del programa en el que el aguerrido Iker daba cuenta de la misteriosa historia del cosmonauta ruso Ivan Istochnikov… ¡que realmente era un conocido proyecto artístico del fotógrafo Joan Fontcuberta! Que un periódico supuestamente prestigioso como El País haya terminado difundiendo pseudociencia da que pensar. Vale que “Cuarto Milenio” es una de las estrellas de la Cadena Cuatro pero, ¿por ello se va a empañar la imagen del diario de cabecera, y por que no decirlo, de la insignia del grupo mediático?

Pero como los males no vienes solos, atención al coleccionable de un periódico tan aparentemente severo como ABC: “Bichos”, en el que el reclamo es una colección de insectos exóticos reales conservados en resina. Entiendo que, pese a su coloquial título, se trata de una enciclopedia sobre entomología y que, desde luego, puede resultar más seria y divulgativa que la cosa del Iker Jiménez. Pero, por favor, ¿de verdad quieren la estantería del cuarto de sus hijos llena de esos “hermosísimos” seres de la naturaleza?

De los medios locales mejor no hablamos, ya que desde siempre han ido a lo práctico y, en lugar de pretender vender cultura, han vendido utillaje de cocina mayormente. Eso sí, desde aquí abogo porque El Día se atreva a editar en fascículos, con sus respectivas tapas duras al final de la serie, esa mítica constitución Canaria que está perpetrando cada domingo Antonio Cubillo en sus páginas. Sería una primera entrega dedicada a la literatura humorística de primerísimo nivel.

(Imagen: Fotomontaje de quien esto firma que pretende fusionar, de manera nada sutil, la temática de los dos coleccionables comentados)

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