10 abril 2009

Reality Shit

Reconozco que en su día yo también caí víctima de los llamados "Reality Shows", con Gran Hermano a la cabeza, aunque por fortuna (y sobre todo por aburrimiento), con los años he aprendido a zapear cuando se me aparece uno en pantalla. Sin embargo, anoche, por aquello de estar de vacaciones y más relajado mentalmente de lo normal, bajé la guardia y vi un poquito de "Supervivientes" de Telecirco, lo cual me confirmó que el género ha ido a peor, si ello era posible, por lo que su denominación más exacta debería ser la que propongo en el título.

Una cosa que me resultó graciosa es que los concursantes se supone que son personajes famosos. Pues no conocía a casi ninguno, vaya piltrafa de famosos son si para enterarme de quiénes son, me he tenido que meter en Google: básicamente, ex-misses y modelos, algún noble venido a menos, ex-concursantes de otros programas similares (la mierda se retroalimenta, por lo que se ve) y un sobrino de Miguel Bosé (¿hasta cuándo tendremos que soportar a la "genial", "artística" y "polifacética" progenie de Luis Miguel Dominguín en la esfera pública?). Me imagino que, dada la condición de celebridades de saldo (o, directamente, no-celebridades) de semejante camada, los programadores, con muy buen criterio, dejaron de llamar a la cosa "La isla de los famosos".

Lo que me asombró del concurso, y que es característica general de todo este tipo de espacios, es que la gracia parece ser que está en putear de las más variadas maneras a los concursantes. Hay un componente sádico en este formato: mientras esos infelices sufren el ataque de mosquitos del tamaño de un balón de fútbol, insolaciones, frío y hambre, o incluso deben someterse a pruebas claramente humillantes como comerse una hamburguesa en un minuto como si fueran bestias de abrevadero, nosotros los vemos recostaditos en el sofá con el café con leche en la mano, y hasta nos permitimos opinar sobre sus cualidades humanas. Ya no tenemos gladiadores, pero nos sigue entreteniendo el sufrimiento ajeno.

Otro aspecto que siempre me ha parecido extraño de estos programas es que se los llame "Reality Shows" porque, ¿qué carajo tienen que ver con la realidad? ¿Es real que diez desconocidos permanezcan encerrados e incomunicados en una casa? ¿O que se los abandone casi sin víveres en una isla inhóspita? Un reality realmente imbricado con la realidad debería incluir pruebas como hacer la compra en el hipermercado a primeros de mes en menos de media hora, ver qué concursante logra un aparcamiento en hora punta en el centro de la ciudad, lograr que una administración pública te selle el papel que necesitas en sólo una mañana, y cosas por el estilo.

En una época que muchos consideran la edad de oro de las series de televisión (americanas, por supuesto), es del todo irracional perder el tiempo con estas tonterías televisivas. Así que después del acercamiento de anoche, creo que volveré a alejarme de la "telerrealidad" unos cuantos meses más y seguiré disfrutando de la más pura ficción, con Galactica, Criando malvas, Rockefeller Plaza...

5 comentarios:

Ligia dijo...

Lo que más me gustó es lo de Telecirco... Yo veo muchos de esos programas, al principio por ver a "los famosos" que, como dices tú, este año tienen poco de famosos, pero llega un momento en que terminan hartándome, sobre todo cuando se forman los debates sobre el mismo programa donde todos gritan y nadie debate, que son peores que el mismo programa. Las series de ficción que nombras no las conozco, pero la de "Criando malvas" tiene un título muy atractivo...

La Pluma Anónima dijo...

Yo el truco que tengo es no ver la televisión...nunca!!!.

En fin...

Salud!

Lunaria dijo...

El otro día vi el programa de las dichosas hamburguesas y me pareció patético ver cómo se la comía. Una cosa está clara y es que si tenemos ese espectáculo en la TV es porque la gente lo ve. Yo tampoco conocía a casi nadie, pero es que claro, qué famoso con una buena cuenta corriente va a querer sufrir ese tipo de torturas?
Y es que el poder del dinero es tan grande que esos famosillos venidos a menos no dudan en embarcarse en tremenda odisea.

Padylla dijo...

Acabo de descubrir tu blog y eso que llevas desde el 2005(¡!). A partir de ahora seguiré atento, como en los viejos tiempos, a tus opiniones.

PD: ¡No vuelvas a caer en la teleirrealidad que te echas a perder!

capitánguanche dijo...

ahí le has dado, buho. ¡cuánta verdad hay en tus palabras! a mi modo de ver, claro, pero... si la gente quiere pan y circo, ¿quienes somos nosotros para criticarlos?. el qué yo sea ateo no me da la razón para juzgar las religiones. al fín y al cabo tampoco hay mucha gente viendo la 2.:documentales, cine español, redes, muchachada nui... ¿a quién le interesa estos progamas?, ¿a mí, a tí... a la inmensa minoria?. ¿seremos nosotros los raritos?. en fín yo por mi parte, y para no ser demasiado friki, prefiero alienarme con el fútbol. ¡ARRIBA EL TETE!