El jeta del Audi
A veces se leen noticias asombrosas por lo absurdo de la situación que plantean. Por ejemplo esta: un tipo atropelló hace unos años a un chico en bicicleta, que murió a causa del accidente. El fulano conducía un Audi a 80 kilómetros por hora más de lo permitido, y además había bebido. Pero como el muchacho no llevaba casco ni chaleco reflectante, la cosa no terminó en juicio, las aseguradoras se pudieron de acuerdo e indemnizaron a la familia del fallecido.
Pero la historia no acaba así, que es donde debió haber terminado, sino que ahora resulta que el conductor ha demandado a la familia del chico al que atropelló pidiéndole 20.000 euros para compensar la reparación de su coche. Sobran comentarios acerca de la hijoputez inherente a la actitud de este caballerete, por lo que no me voy a extender demasiado en ello.
Lo que más me extraña, sin embargo, no es que el fulano sea tan mezquino como para meterse en este fregado legal, sino que la demanda de marras haya podido presentarse, es decir, que a la administración de justicia española le parezca procedente tamaño despropósito. En un mundo perfecto, el juez de turno, al leer semejante demanda, habría cogido al chófer temerario en un receso y le habría dicho: “Mira campeón, mejor te largas de aquí en ese Audi tuyo y no nos haces perder el tiempo con sandeces, que si no ya buscaré la manera de empapelarte a ti, ¿clarito?”.
Como estamos en España, no me extrañaría nada que la familia acabe apoquinando, aunque por suerte parece que ya hay voces en el gremio legal apoyándola. Veremos como acaba esta majadería.
Pero la historia no acaba así, que es donde debió haber terminado, sino que ahora resulta que el conductor ha demandado a la familia del chico al que atropelló pidiéndole 20.000 euros para compensar la reparación de su coche. Sobran comentarios acerca de la hijoputez inherente a la actitud de este caballerete, por lo que no me voy a extender demasiado en ello.
Lo que más me extraña, sin embargo, no es que el fulano sea tan mezquino como para meterse en este fregado legal, sino que la demanda de marras haya podido presentarse, es decir, que a la administración de justicia española le parezca procedente tamaño despropósito. En un mundo perfecto, el juez de turno, al leer semejante demanda, habría cogido al chófer temerario en un receso y le habría dicho: “Mira campeón, mejor te largas de aquí en ese Audi tuyo y no nos haces perder el tiempo con sandeces, que si no ya buscaré la manera de empapelarte a ti, ¿clarito?”.
Como estamos en España, no me extrañaría nada que la familia acabe apoquinando, aunque por suerte parece que ya hay voces en el gremio legal apoyándola. Veremos como acaba esta majadería.
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